viernes, 24 de abril de 2020

DÍA 42


En mi libreta 19:
El manantial de Pueblo Hallado está en la parte izquierda de la playa, desde la perspectiva mar, cincuenta metros barranco arriba. A él se accede por un camino que sube entre cañizos y plantas de pita. Desde el manantial se puede ver la playa entera. El manantial está rodeado de piedras de granito y hay un corazón pintado en rojo en una de ellas. La pared es como un puzle donde cada piedra sostiene a la siguiente y se deja sostener. El corazón está en la más grande, una que tiene forma de yunque, con la parte más estrecha apuntando al chorro cristalino que cae hasta un mosaico de ripios gastados. El agua se precipita en media sonrisa hasta estamparse contra el suelo. Una pequeña balsa de muros fuertes e inclinados la contiene en forma de oruga gorda. Huele a hierbabuena y a cilantro en el manantial. En lo alto del muro, a medio metro del hueco oscuro por donde mana la vida, hay un busto de mueca sonriente. La vegetación le cincela trozos de sol sobre el cabello largo y estático. Justo al lado, el corazón rojo, y dentro de él, unas palabras escritas con tinta negra: «Quiero vivir entre la mirada de Dios y la ruina de los hombres»



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