sábado, 18 de abril de 2020

DÍA 36
(y)
Y la plata seguirá bañando al zafiro aunque hoy no estés, mientras que el sol, gordo y bajo, tercia ahora una línea perpendicular hacia mí, aunque no esté allí, apuntándome con su rayo ancho hasta más allá de donde navegan los polizones en sus barcos.
Y otra luz, juguetona, fugaz, que culebrea naranja, en el sube y sube de las olas, en el justo instante que ruge. 
Y acudiré a la orilla, cuando el sol ya hundido, cerque la inmensa plata con el violeta  respingo de llama que se apaga, para acordarme de ti.
Y si quieres te contaré mis secretos de equilibrista



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